La verdadera fuerza invencible es la fuerza sin violencia. Los hombres violentos son hombres débiles e imprudentes, cuyos esfuerzos se vuelven siempre contra ellos mismos.
El afecto violento se asemeja al odio y casi a la aversión.
La cólera hace que la persona se entregue ciegamente a sus enemigos. Los héroes de Homero, cuando combaten, tienen el cuidado de insultarse para entrar en furor recíprocamente, sabiendo de antemano, con todas las probabilidades, que el más furioso ...de los dos será vencido.
El fogoso Aquiles estaba predestinado a perecer desgraciadamente. Era el más altivo y el más valeroso de los griegos y sólo causaba desastres a sus conciudadanos.
El que hace tomar Troya es el prudente y paciente Ulises, que sabe siempre contenerse y sólo hiere con golpe seguro. Aquiles es la pasión y Ulises la virtud y es desde este punto de vista que debemos tratar de comprender el alto alcance filosófico y moral de los poemas de Homero.
E.LEVI
A veces he llegado a creer que es preciso cierta violencia, al menos de espíritu, esa rebeldia visceral que nace de las entrañas cuando no estamos no solo de acuerdo con lo que nos ocurre, si no además, experimentamos una rebeldía acérrima contra aquello que nos perturba, que nos duele, que nos mata.....
Una guerra interna entre lo deseable y lo insatisfecho.
Es un tipo de violencia peor que la física, porque esta necesita dos contrarios con fuerzas contrapuestas, mientras que la guerra de uno mismo, solo necesita ser herido en su propio orgullo o en su sinrazón,
para tener un apetito voraz por comerse a sus propias obstinaciones.
Aqui las voluntades no son mas que una resaca podrida por las propias turbulencias,
turbulencias que no se acaban con la ley de la protesta si no con el necesario silencio que acarrea las dudas.
Porque la duda, da lugar a la mentira...y la mentira es un pañuelo donde ahogar las certezas.
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